
AÑO NUEVO, VIDA NUEVA!!!… ¿te resulta familiar esta expresión?
Desde un paradigma de nuevos propósitos para una nueva etapa, solemos hacer repaso del transcurso del año que acaba en estos primeros días de estación invernal (si no es así, te invito a que lo empieces hacer desde ahora mismo).
En estas fechas de agradecimiento, cercanía, emociones y festejos de Navidad, palabra que viene del latín: nativitate y que en castellano significa “nacimiento de la vida para tí” (nati: nacimiento, vita: vida, te: para tí), nos abastecemos de los frutos recogidos durante todo el año y comenzamos a plantearnos cómo hacer que la siguiente cosecha sea igual o más fructífera que la presente.
¿Te has empezado a plantear entonces que nace nuevo en tí en estas fechas?, ¿qué nuevos frutos puedes a aportar a la cosecha de tu vida a partir de…YA!!!?, ¿qué nuevos OBJETIVOS te vas a marcar para lograr la mejor de tus campañas?
De esto quiero hablarte en esta última entrada del año. De cómo trabajar nuestros objetivos para el nuevo año.
PRIMER PASO: HACER LIMPIEZA
Lo primero que te propongo que hagas es una limpieza del año anterior; cuando nos planteamos cualquier objetivo, necesitamos estar fuera de cualquier carga negativa, sentimientos de culpa, o miedos que nos hayan limitado a cumplir aquel propósito que quisimos y no pudimos materializar.
Lo importante es llenar “el saco” con todo lo que funcionó (¿mejor regalo?), todo lo estupendo, las buenas cosas, los éxitos,… y dejar atrás las cosas que no funcionaron. Ten en cuenta esto, “lo que pasa siempre es lo mejor”, y lo puedes recordar quedándote siempre con lo válido.
¿Cómo podemos hacer esta limpieza?
Necesitamos vivir y necesitamos estar sensatos y serenos, para “limpiar” no es necesario irnos a ningún sitio (podemos estar en casa, escuchar buena música,…) y luego, dedicarnos a recoger todo lo óptimo de todo lo que pasó, y de lo óptimo, quedarnos con lo válido.
Cuando tienes en tu saco todo lo válido, es el momento de empezar a darte cuenta de que hiciste muchísimas cosas, que dejaste muchísimas cosas por hacer, que en el fondo no querías hacerlas posiblemente, y seguidamente quedarte con su significado vital, su esencia, en una palabra. Es importante que cojamos un papel en blanco y anotemos nuestra palabra o frase que resuma el “antes del proceso” y que sea positiva.
SEGUNDO PASO: PREVIO A LA FORMULACIÓN DEL OBJETIVO
Plantéate en qué áreas de tu vida quieres poner el foco, ¿dónde quieres poner tu esfuerzo?
“Tenemos dos piernas, una de ellas es la vida profesional y la otra la vida personal, mientras que todo nuestro ser es la vida esencial”; puede ser que una pierna nos funcione mejor que la otra, a veces nos funciona mejor el trabajo, y entonces creemos que nuestro foco está en el trabajo,…igual deberíamos plantearnos objetivos para la otra pierna que podría ser la vida personal, o en realidad, podríamos hacer las tres cosas si somos un poco ambiciosos, voy a ponerme tres objetivos, uno para lo profesional, otro para lo personal,…y englobándolo, un último para lo social. Uno no tiene que ser ambicioso en la intención del objetivo, porque el objetivo que te planteas luego irradia toda tu vida. Si te pones el objetivo en lo personal (por ejemplo: generosidad), eso te va a llevar a tener más paciencia, más entrega, te va a llevar a tener muchas cosas. Si ponemos muchos objetivos, igual nos perdemos.
Por lo tanto:
– Decidimos un objetivo para cada una de esas partes.
– Afloramos y trabajamos esa frase o palabra maravillosas que serían nuestra “fortaleza” para empezar.
– Decidimos y concretamos ¿qué queremos?
– Definimos ¿cómo lo podemos lograr?
– Y por último nos planteamos ¿para qué lo queremos?
En la respuesta a la pregunta del PARA QUÉ está la utilidad. Cuando te das cuenta de que la utilidad de tu objetivo es sólo útil para ti, igual tienes que buscar otro objetivo que amplíe mucho más, porque la utilidad de un objetivo ha de englobar a todas las personas con las que estás o con toda la sociedad con la que convives. Es una idea de servicio primero para ti, amándote a ti mismo para que todo te funcione muy bien con todas las personas con las que estás.
El trabajo con estas preguntas te sitúan en el camino, enhorabuena, ya has decidido qué quieres.
TERCER PASO: TRABAJA TU VOLUNTAD
Márcate pequeñas metas, muy realizables, con resultados tangibles y medibles por tí mismo y que tengan mucho poder para tí.
– pequeñas metas
– tiempo muy concreto
– resultados que puedas ir consiguiendo
Así, “pasito a pasito”, “victoria a victoria”, cada vez te sentirás más poderoso y tu voluntad se irá haciendo día a día más fuerte.
CUARTO PASO: SABER PONER LÍMITES
Si no te sabes poner límites, (es muy probable que no sepas decir no, quizá no sepas decir sí,…), si no somos coherentes con nosotros mismos, nuestros objetivos se diluyen en nuestra relación con los demás. Tenemos que mantener firmes nuestros valores y mantenerlos a pesar de cualquier circunstancia, siendo siempre flexibles eso sí, a la hora de compartir y convivir con los valores de los demás. No se trata de limitarnos a lo que somos, sino a ser fieles a ser nosotros mismos y amarnos, amando y respetando los valores de los demás.
– Saber poner límites
– Firmeza de mantener tus valores y mantenerlos
– Flexibilidad para compartir y convivir con los valores de los demás
QUINTO PASO: ESCUCHAR A TU VOZ INTERIOR
Escuchar e “invocar” a nuestro YO SABIO nos va a permitir vivir la realidad de ese objetivo planteado, nos va a ir contando si lo estamos haciendo bien o no. Sumergiéndonos en nuestro interior (inconsciente) vamos a escuchar las posibilidades que se van haciendo a nuestro alrededor, porque al final cuando nosotros tenemos un objetivo, el objetivo habla, nos va diciendo cosas a través de nuestro inconsciente.
En las próximas entradas de este blog se tratará este tema.
Por lo tanto la metodología que vamos a tener en cuenta a la hora de trabajar nuestros próximos objetivos para el nuevo año, va a ser:
1. Limpieza, quédate con lo mejor de ti mismo. El objetivo que te vas a plantear es el mejor para ti, el más conveniente y donde tu potencial esta a tu plena disposición.
2. Observa todo lo bueno que tienes, mira el potencial que tienes. Cuando ves el potencial te arropas en ese potencial para generar ese objetivo.
3. ¿Qué quieres, cómo lo vas a lograr y para qué lo quieres?
4. Piensa, este objetivo que yo me marco: ¿me va a hacer un poquito más feliz, me va a dar un poquito más de libertad, me va hacer amarme a mi mismo mucho más cada día?
Que el objetivo te amplíe profundamente, clarifica la INTENCIÓN del objetivo: ¿por qué este objetivo?, ¿qué propósito tiene este objetivo para mi?, ¿voy a ser mas feliz?, ¿voy a ser mas libre?, ¿me voy a amar mas?,… si no contestas a estas preguntas bien, si piensas que el alcanzar este objetivo te limita o no te va a hacer más feliz,… pues igual tu objetivo no es este y puede que sea otro. Al sacarlo y escribirlo tienes que notar una campanilla dentro y notar cómo resuenas y vibras (pensarás: genial, que bien lo he hecho y propuesto!!!), dando como posibles respuestas: “…porque me hace feliz”, “…porque me va a dar libertad” o “… porque así me voy a amar muchísimo”.
Desde este espacio de crecimiento, deseo que tus nuevos objetivos te ayuden a hacer más grande a la comunidad ya que será un “para qué” con una enorme onda expansiva. Brindo (tecleando estas últimas anotaciones de esta entrada), por ese nuevo “nacimiento” que tal vez AHORA MISMO esté emergiendo de dentro de tí!!!
NUEVO AÑO, NUEVA VIDA!!!